viernes, 14 de agosto de 2009

La buena vida


Algunas cosas se pueden confabular para que una película sea buena, pero ir al cine y no esperar nada de eso, resulta (obviamente) reconfortante.
La buena vida, película chilena de Andrés Wood, es una película que participa en el festival de Lima y a pesar de que no soy de las personas que va cada año a este encuentro, puedo admitir de que me alegró haberla visto.
La película que transcurre en Santiago es la suma de varias historias que se cruzan sin que sus personajes lo perciban, aunque esto no podría del todo ser definido pues su coexistencia deja rezagos en varios de sus personajes. Los personajes son diversos y urbanos, que cruzan entre lo real y la ficción. Cada uno con su propio mundo, su forma de ver las cosas y claro está también con una historia propia.
La buena vida, es la película que juega con su titulo, que nos puede inducir a una equivocación, inclusive luego de verla podría ser aceptable su fondo sarcástico, aunque de eso no se basa la película, pues a suma, la buena vida es la intención de seguir aquí a pesar de todo, de la lucha con nosotros y con los otros, de las relaciones que entablamos y que nos describiran esa personalidad que muy bien trabajada nos deja la incertidumbre y ganas de que mejore. Además no es una película trillada, su espacio es en una urbe y como sabemos no todos salen ganando.
El director nos entrega una película que muy bien no parece latinoamericana, es una película cosmopolita, de las que encajan sin el abanderamiento típico de nacionalismos. Podemos encontrar desde manejos similares al juego de personajes que se cruzan en las películas de Alejandro Gonzáles Iñárritu, pero también nos dejan otros sabores como la melancolía de los personajes de La vida secreta de las palabras de Isabel Coixet, inclusive recordar la musiquita que puso Michel gondry en esos lapsos en que Jim carrey, aparecía solo y desolado.

1 comentario:

  1. uy, qué bueno, sobretodo para alguien que en un comienzo se rehusaba a verla ♥

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